UNA REFLEXIÓN PARA TI JOVEN ESTUDIANTE.

“La oportunidad”
1. Ya no eres niño (a) -lo siento-, ese tiempo ya pasó, eres adolescente y puedes hacer más y mejores cosas. Ten conciencia de ello y ten cuidado con lo que haces, pues a tu edad es fácil perderse.
2. Esta es una nueva etapa en tu destino, es una oportunidad que la vida te da para que seas mejor. No hay mañana para empezar, es hoy.
3. Considera que en este momento estás exactamente igual que tus demás compañeros de grupo, no eres mejor ni peor, al inicio de cada etapa de la educación nadie se distingue por nada. Tienes un 10 de calificación, consérvalo siempre.
4. ¿Qué tanto quieres progresar en la vida? Disciplina es orden y orden es progreso.
5. La vida te puso aquí por alguna razón, y aquí mismo tienes que demostrar que eres mejor que los demás.
6. No hay materias imposibles de pasar, todas están hechas para la capacidad que ahora tienes.
7. Viniste a estudiar y a aprender cosas positivas, nunca lo olvides.
8. Respeta a los demás y exige el respeto de todos.
9. En ocasiones tendrás que ayudar a los demás y otras veces recibirás ayuda. Pero entiende y aplica bien la palabra ayuda, pues es fácil crear vicios de tanto “ayudar” o caer en ellos de tanto recibir “ayuda”.
10. Administra bien el tiempo. Todo se puede hacer para ser feliz en la vida, pero tienes que asignar un momento para cada cosa. Dale mayor importancia y tiempo a las cosas que te traerán beneficios. El tiempo es como el dinero: debe invertirse no gastarse, y no debe utilizarse para comprar lo que quieras sino lo que necesites.
11. Si algo debe quedar bien claro en tu cerebro es que no hay imposibles. Puedes ser lo que quieras, grande o pequeño como quieras. Todo empieza en la imaginación, imagina que eres el mejor y lo serás, imagina que puedes y podrás. Pero tienes que acompañar tu pensamiento con la acción, de lo contrario no pasarás de ser un soñador.
Tienes un horizonte lleno de posibilidades, no desaproveches esta nueva oportunidad que la vida te dio.

LAS ALMAS GEMELAS

Dios creó un TODO y lo llenó de vida; luego lo  dividió en dos y cada una de esas dos partes reencarnó en dos seres diferentes. Deberían  evolucionar cada una a través de vidas separadas. Así nacieron las almas gemelas, ese es el concepto  de su existencia y la razón del por qué están  separadas.

Sin embargo, aunque nacemos en cuerpos  diferentes, 
la unión de esas almas no termina jamás  y a través de muchas reencarnaciones estaremos  juntos, cada una en un escenario diferente, viviendo  vidas paralelas, con las mismas experiencias, pero  no nos reconocemos desde el primer instante porque  falta evolución y por eso necesitamos de otras  relaciones. Pero el reencuentro al final, es  inevitable.


Las almas gemelas tienen los mismos intereses,  su atracción no es sólo física o sexual y la ternura  ocupa sus instantes y sus miradas. Ese amor  trasciende la edad, la materia, la raza, el credo,  las distancias. Al verse, sienten una infinita  necesidad de abrazarse y besarse y expandir las  energías de sus corazones. Ambas desean crecer  espiritual e intelectualmente, se incentivan  mutuamente por ese crecimiento personal, no existe  entre ellas el egoísmo ni la individualidad y tienen  el deseo, aunque inconsciente, de llevar a cabo su  misión juntos.

Se complementan en todos los sentidos... ¡casi  piensan lo mismo!
Se aceptan, se respetan, hacen  planes para el futuro, se quieren como son. Si se  pelean parecen marchitarse y buscarán rápidamente  aclarar sus malentendidos, con humildad y  generosidad el uno por el otro. Y su amor crecerá  cada día más y más. Se dan cuenta que aunque  separadas han estado buscándose siempre, ahora  comprenden el por qué de la espera, por qué la  alegría de vivir y por qué los corazones no se  cerraron a la llegada del amor, nunca. Sus  experiencias pasadas fueron la preparación para el  reencuentro.

Las almas gemelas se atraen más fácilmente cuando los dos tienen buen humor, son activos,  vivaces, conversan largamente, la música los  transporta a su lugar original. Buscan el éxtasis y  lo disfrutan. Hacer el amor es una experiencia que  cobra un inusitado significado y en un  indescriptible instante de esa unión, logran  reconocer a través de sus ojos, el alma que estaban  buscando y entonces... ¡sabrás que esa es tu otra  mitad!

Si estás esperando el amor verdadero debes  activar ese reencuentro, manteniendo la fe en su  llegada, tomando cada experiencia como un paso  adelante, orando, llamándolo y bendiciendo a ese ser  que aún no conoces pero esperas, él también estará  esperando por ti. Cuando la soledad duele más,  aparece al fin. Pueden pasar años, pero en el fondo  de tu corazón, sabrás siempre que existe y cuando  llega, el Planeta entero se confabula a favor de ese  encuentro y comienzan a desencadenarse toda suerte  de acontecimientos para que finalmente estén juntos.

Si aún no has encontrado tu alma gemela, no te  afanes, aún no es hora, aguarda con fe. Y esperar  con fe, es tener la absoluta certeza de que sucederá  y que esta vez será para siempre... ¡será un amor  eterno!